lunes, 1 de junio de 2009

Indomables


LAGARTIJA NICK
Albéniz, Gijón.
Sábado, 30 de mayo de 2009.
Antonio Arias (guitarras, voz); Víctor García Lapido (guitarras); Lorena Enjuto (bajo); Erik Jiménez (batería).
Ahora que ciertas palabras, algunas etiquetas, empiezan a perder sentido y ser invadidas por advenedizos que jamás soñaron con ser tratados así, conviene recibir una lección como la que Lagartija Nick mostraron en la neblinosa noche gijonesa para quien quisiera verla. Y es que el cuarteto encabezado por Antonio Arias lleva trazando una trayectoria desde sus inicios marcada por la inquietud creativa -ese faro que les ha conducido hasta los callejones sin salida del trashmetal- y alejada de esa autocomplacencia, moneda de cambio hoy entre una nueva generación de fofos y vulgares que creen haber descubierto la cuadratura del círculo. Envueltos en ese feedback de guitarras que definió lo alternativo a finales de los 80 y principios de los 90, los granadinos prosiguen su camino conscientes de que sus huellas serán recuperadas cuando sea ya demasiado tarde. Por eso empiezan reivindicando su nueva cosecha, esos álbumes donde Arias recupera el sabor de su querido Syd Barrett con el after punk, guitarrazos con melodías fuera de la norma indie pero tan cercanas a grupos alternativos con mayúsculas como Sonic Youth o Sugar. Canciones que renuevan la leyenda como "De Par en Par" -con la que abrieron- "Cuerpo y Mente" o "Sin Salir" son sólo la punta de un iceberg que arde; concesiones al pasado como el imprescindible "No lo puedes ver" (algún día alguien descubrirá que su álbum debut sentó cátedra) y los recuperados "Esa extraña inercia", "Estratosfera" y ese siempre tremebundo "Nuevo Harlem" sirven para marcar un territorio que el cuarteto granadino sabe que le pertenece. Envueltos en esa siempre extraña atmósfera que sugieren las guitarras doblándose como unas paredes extáticas que nos conducen a sensaciones perdidas ya en el tiempo, que nos rejuvenecen y nos devuelven la energía perdida en tantas noches al límite, se marcan un bis prodigioso con un mínimo atisbo de "Tu violencia", seguido del magistral "Vuelta de Paseo" -donde muchos que les habían negado les descubrieron junto a Enrique Morente- y un imprescindible "Hipnosis". Psicodelia, afterpunk, una celebración de guitarras donde aquel que ame al rock sin ataduras, libre tras tantas idas y venidas, se empapará de la eterna juventud, de rebeldía y, por supuesto, de la lucidez de unos visionarios que quizás tras una densa e imprescindible carrera de maratón empiezan a ser apreciados como, sin duda, merecían desde hace tiempo.

(Publicado en el diario "La Nueva España", el martes 2 de junio de 2009. http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009060200_46_762951__Sociedad-y-Cultura-Indomables)