sábado, 21 de noviembre de 2009

En el fondo de la montaña rusa



THE LEMONHEADS
Acapulco, Gijón.
Jueves, 19 de noviembre de 2009. –


Hace poco menos de un lustro, el bello Evan Dando volvió a retomar los Lemonheads en una nueva resurrección que trataba de recobrar los agotados brillos de los primeros noventa. Le vi en el FIB 2005 y aquello no pintaba bien. Digan lo que digan aquellos que gustan de abrazarse a normativas, el rock y la creación en general no saben de reglas escritas de antemano. Dando sobrevive a base de arrastrar la memoria de unas hermosas composiciones en acústicos poco presentables como el que nos brindó en la tardía noche gijonesa. Casi parecía estar en un decadente Las Vegas, destrozando los recuerdos generacionales del rock de los noventa en un paripé desangelado. Brillo perdido en un débil acústico propiciado por la deserción de su base rítmica –bajo y batería- que dejaron huérfano un show que sólo se sostuvo para regocijo del sector femenino. Alejado de los suspiros de las bellas mujeres que circundaban el escenario, lo visto aporta poco o nada a un repertorio repleto de perlas que palidecieron ante la insípida interpretación de un Dando frígido, indiferente a un ego insostenible que palidece, desfallece y mancilla un pasado –el indie-rock de los noventa- que tanto podría haber enseñado a las generaciones futuras. Da la impresión que él, a diferencia de Dorian Gray, ya ha contemplado el horrible retrato donde conserva su verdadero rostro. Y el crédito se agota, mientras el reloj del tiempo marca, implacable, sus plazos.
Publicado en el periódico "La Nueva España" del sábado 21 de noviembre de 2009