miércoles, 2 de junio de 2010

Nadie tiene negro



Nadie tiene negro


y encima, ¿sabes?, todos consideran que tu voz aguardentosa


tu arrastrar los pies por esas tablas y esos mundos


tus dichosas pulgas, pelo graso, barba de tres días y otra vez


un pálpito, una intuición precognitiva


eso consideran que les ata más a ti que los horarios de

trabajo.


Pero, ¿sabes?, todo su espinoso sucumbir al tedio de mujer


hijo y empleo mal pagado, toda esa charla infatuada


cuando sueltan dos monedas más para pagarte un trago de

cerveza


bueno, sueles decir que entonces se evapora


y ahora es otra vez un buen momento para ser una sibila


porque el polvo cae muy despacio


y el desgarro que de nuevo sientes crecer en tu interior


aunque viene precedido de otro decrecer por gramos de

esperanza


no lo sufres especialmente como tuyo


y puedes remitirlo al círculo de anillos y a los dos o tres

efímeros decesos


que acumula el rostro de uno de estos parroquianos.


Luis Muñiz. "Un fragor indeterminado". Trea, 2008.