lunes, 27 de septiembre de 2010

Entrevista con Delco


DELCO

El hasta hace poco trío madrileño -hoy transformado en cuarteto- ha sido una de las revelaciones de la escena indie-alternativa de los últimos tiempos. Aprovechando su concierto en Asturias, hablamos con su bajista, Pablo Amor, que regresaba a su Oviedo natal para presentar junto a su banda su segundo álbum "Sophomore"(2Fer, 2009).

-Siempre que se habla de un segundo álbum la palabra reválida aparece. ¿Es este trabajo una reválida para Delco?

Totalmente, una reválida en toda regla. Aparte del tópico ése que dice que "para hacer el primer disco tienes 20 años de material escrito, y para el segundo sólo el de los últimos 2 años", lo cierto es que "Sophomore" costó más que "Beautiness". Entre otras cosas porque nos lo curramos solos, los tres, en el local, desde los cimientos, sin la ayuda de ningún productor/arreglista/director musical (a diferencia de la vez primera, cuando tuvimos la suerte de que Rams, de los Right Ons, nos llevara un poco de la mano). Al final, eso sí, resultó ser lo mejor, para formarnos como músicos y darnos más confianza como banda.

-Lo que sí puede afirmarse es que os estáis poniendo el listón cada vez más alto. ¿Provoca este hecho aumentar la presión sobre vosotros mismos, la manera de expresarse?

En cuanto a composición, desde luego. A nadie le gusta, o no debería gustarle, repetirse. Y como a Manu, el cantante, le gusta decir, "uno no compone una canción más, sino una menos". Hasta que llegue el momento en que no haya más que decir. Veremos cuánto duramos nosotros.

-¿Qué diferencias encuentras entre este nuevo álbum y el precedente?

Está mejor grabado e interpretado, las canciones son un tanto más ambiciosas desde el punto de vista de la composición sin dejar de ser, al mismo tiempo, más 'radiables' que nunca. La producción es más sutil: puede parecer que hay menos arreglos que en 'Beautiness', pero, en realidad, es sólo que son menos artificiosos y están más al servicio de las canciones y de los instrumentos básicos (guitarra, bajo, batería y voz).

-Tres años entre álbum y álbum, ¿no es mucho tiempo?

Se nos hizo un poco largo, sí. Pero aparte del hecho de que entre medias estuvimos tocando mucho en directo y de que el disco ya llevaba grabado casi seis meses cuando finalmente salió, lo cierto es que todos en la banda tenemos trabajos y, al final, el tiempo que le podemos dedicar a la música es realmente escaso. Ojalá podamos seguir sacando discos al ritmo de uno cada tres años, ¡eso ya sería un triunfo!

-Tras varias escuchas de este segundo álbum, me da la impresión de que es un trabajo más reflexivo...

Supongo que cuando no puedes cambiar de registro ni de instrumentos ni de local de ensayo, al final acabas dando vueltas y desmenuzando lo mismo de siempre, tu pequeño universo. Quizás el siguiente movimiento debería ser centrífugo. En ese sentido, la incorporación de un cuarto miembro, el guitarrista Coke Belda, tras la salida de 'Sophomore', nos está ayudando, sin duda, a abrirnos a nuevos horizontes.

-También me ha parecido que intentábais ampliar los registros, acentuando más algunas pautas, como instantes más psicodélicos, por ejemplo.

Puede ser, son cosas de la producción también, que llevamos a cabo en los estudios Ultramarinos Costa Brava del genial Santi García. Pero esa pizca de psicodelia siempre ha estado ahí, creo yo; quizás es que antes simplemente no éramos aún lo bastante diestros como para hacerla más evidente en las grabaciones.

-Da la impresión que la música que practicáis no está muy valorada, que se requiere cierto nivel musical para acceder a ella. ¿Es esta una impresión mía o también os sucede a vosotros?

Esta pregunta es difícil, porque al contestarla se bordea siempre la frontera con el esnobismo.Es cierto que un país como el nuestro, en el que el nivel cultural medio es bajo, cualquier cosa que se salga de las estructuras más simples con que las emisoras convencionales machacan al personal noche y día corre el riesgo de resultar incomprensible. Al final, sinceramente, no es nuestro problema. Cada uno es libre de ponerse el listón donde prefiera. Y vaya, tampoco es que nosotros hagamos música dodecafónica. Como decía, es difícil, porque los aludidos siempre corren a parapetarse tras la excusa del 'gusto propio', un argumento infalible para dinamitar cualquier discusión seria sobre la bondad y la calidad de unas músicas frente a otras.

-Véndeme a Delco para alguien que no lo conozca.

Delco somos cuatro músicos aseados y entusiastas que te harán bailar y sonreir y que no te dará vergüenza presentar a a tu madre.

-¿Qué planes de futuro tenéis?

De momento tocar en directo todo lo que podamos. Creemos que las canciones de 'Sophomore' merecen ser ejecutadas el mayor número de veces posible a lo largo y ancho del país. Otra cosa es que nos dejen...

MANOLO D. ABAD

Entrevista publicada en el semanario "Les Noticies"