sábado, 21 de septiembre de 2013

Las fiestas de la bronca


Vetusta Blues. –

“LAS FIESTAS DE LA BRONCA”
 
Cuando uno piensa en las fiestas patronales de su ciudad, lo hace en términos de diversión, un oasis en el maremágnum cotidiano que nos aplasta con su realidad en nuestro devenir diario. Sin embargo, lo que se ha percibido en estas fiestas de San Mateo es el descontento allá por donde uno fuese. Descontento de los chiringuitos, descontento de la mayoría de los promotores de conciertos de la ciudad, descontento de los vecinos, descontento generalizado. Toda una fiesta, vamos.
Entre todos los descontentos es especialmente llamativo el que han provocado los conciertos celebrados en La Ería, una apuesta más producto de la improvisación generada por el vacío de poder de la S.O.F. y la imposibilidad de diseñar un cartel que de la apuesta por un modelo definido. Lo único claro es que se entregaron en los brazos de una empresa –presidenta y alcalde- que les trajo una versión reducida de un previo proyecto que ya había causado bastante rechazo cuando se presentó en la primavera pasada. Sin capacidad de maniobra, con una S.O.F. moribunda y maniatada en sus propias contradicciones e indefinición (si  no sirve para diseñar las actuaciones de las  fiestas, ¿cuál es su cometido?), la opción de La Ería se convirtió en el salvavidas, caro salvavidas, donde un empresario navega entre lo público y privado con una consentida impunidad, que le permite hacerse con el cartel sin ningún tipo de trabas ni control. Una carpa se convierte en la estrella de las fiestas y el alcalde se lanza a una vorágine de declaraciones que, en vez de transmitir el cosmopolitismo que pretenden, nos ofrecen una versión actualizada del landismo más rancio, amparado en una cohorte de voceros que, en mayor o menor medida, tratan de pillar su pedacito del pastel.
Si ahondamos en el cartel ofrecido, el “único posible”, según la presidenta de la S.O.F. , un insulto a una ciudad que ha visto pasar a artistas de la talla de Lou Reed, Van Morrison, Eric Burdon, Kevin Ayers, Yo La Tengo o los Long Ryders, por sólo citar algunos que, incluso, llegaron a actuar en temporada mateína, nos encontramos lo siguiente: Loquillo y Los Suaves habían tocado ya en la ciudad este mismo año; hubo Día de la Marmota por partida doble, puesto que repitieron con respecto al pasado año Melendi y Carlos Jean; y la tan cacareada actuación internacional de Helloween ya había sido posible verla unos años antes en Avilés (en la sala Quattro, de aforo medio) y en una edición del festival… Derrame Rock. Un panorama de improvisación, caótico, donde se vuelve a recurrir a los postizos (carpas, instalaciones provisionales) sin plantearse otro objetivo que quemar etapas al son de la propaganda y la bronca contra aquel que disienta o, simplemente, piense y compare cualquier tiempo pasado, sin lugar a dudas, muchísimo mejor.

MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 21 de septiembre de 2013