sábado, 28 de febrero de 2015

Resistencia


Vetusta Blues. –“Resistencia”

Pasear por las calles vacías de la ciudad, ya sea al amanecer o sumergido en la noche, es uno de esos placeres que nunca atraparán quienes sólo se deslizan por la superficie de la vida. Extraer a cada momento la posibilidad de la emoción, embriagarse con apurar cada segundo de la existencia lejos de miserias e intrigas, olvidarse de aquellos siempre prestos a las puñaladas traperas, vencerles con el disfrute de las pequeñas cosas que nos rodean día a día.

Tras la presentación en el esencial Café Paraíso del libro sobre Nick Cave & The Bad Seeds del gran Jorge Alonso, los pasos me llevan a la sobremesa de la cena de mis queridos amigos Dani, Natalia y Lauren García. El Oviedo Antiguo no es la voraz pelea de fin de semana, sino un huésped hospitalario que te seduce con su encanto añejo y experimentado. Nos encaminamos a la plaza del Sol, en paz en la noche del jueves, lejos de la brutalidad de los cada vez más salvajes botellones, esa bestia voraz que muchos dejaron crecer y ahora no saben cómo parar. Entramos en el Sol y Sombra, santo y seña noctámbulo y diverso, conducido por el eterno Rubio, viejo amigo de los tiempos del Chanel, a quien –como ocurre con esas amistades que siempre están ahí- no visitamos con la frecuencia debida. Suena música disco de los 70 y uno logra evadirse, al fin, al ritmo de las Pointer Sisters. Como si extrajéramos sin dolor ese puñal que muchos pretenden clavarnos en la espalda por no caer en sus trampas de miserias y politiqueos donde han aprendido a manejarse como serpientes, lejos del talento que dicen perseguir o poseer, embebidos de una supuesta gloria que sólo es el ansia codiciosa de llenar sus bolsillos. Esos quedan lejos, de esos huimos en noches como esta. A esos los combatimos con la elegancia que otorga la razón y, a veces, los hechos.

Cuando la noche busca disolverse en pos de la luz, con el local en silencio, una copa de vino que se muestra sosegada y comprensiva, hablamos del valor de la resistencia, del sacrificio, del trabajo duro, de experiencias propias que nos han enseñado a manejarnos en la jungla de voraces, envidiosos, traumatizados y trepas. De todos aquellos que querrían un universo uniforme, de quienes hacen de la mentira y de la traición su santo y seña, tan acostumbrados como atrapados en su simulación que no se dan cuenta que ya no engañan a nadie por más que se engalanen con disfraces carnavalescos o de supuesta cultura e intelectualidad que no es más que vana e impotente pose. Percibo ese latido cuando escucho resonar mis pasos en el final de la noche, caminando por la Escandalera, apurando el sabor de lo vivido y disfrutando por la elección de haber permanecido en Oviedo, en mi ciudad, a pesar de todas las luchas, de cada uno de los sacrificios y de muchas de las pérdidas. 


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 28 de febrero de 2015

jueves, 26 de febrero de 2015

Hoy en Oviedo


miércoles, 25 de febrero de 2015

Los senderos torcidos

Crítica. Música. –

“Los senderos torcidos”


NACHO ÁLVAREZ Y EL QUARTETO BENDICIÓN
Lata de Zinc, Oviedo.
Domingo 22 de febrero de 2015.

Problemas con el equipo de voces retrasaron  el inicio del concierto del grupo gijonés, pero gracias a los buenos oficios de Fredi FMM, improvisado técnico de sonido, la actuación pudo llevarse a cabo. “Me habían contado que esto era como Berlín, lo que no me dijeron es que era como el Berlín anterior a 1989”, soltó el exManta Ray a modo de saludo con esa sorna suya tan peculiar. A partir de ahí, nos internamos en el peculiar mundo de Álvarez, fino observador de la vida y de la calle, letrista atinado y voz canallesca en la senda del mejor Tom Waits. Ataviado con sombrero de viejo granuja y respaldado por una banda eficaz y repleta de matices, Nacho Álvarez y el Quarteto Bendición ofrecieron un concierto exquisito y de texturas sónicas poco habituales en el panorama estatal. Un lujo contemplar a este perro viejo con tantas horas de vida en el filo, que retrata su microcosmos con un pincel certero y agudo. Callejero, nocturno, irónico, pero también desgarrador cuando se interna en vericuetos sentimentales, el proyecto de Nacho Álvarez se muestra sugestivo, rico y diferente. En la mañana vermutera ovetense todos esos rasgos se entregaron con la descarnada fuerza de un amanecer tras una noche en vela, convincentes y tentadores. Y sí, por momentos nos sentimos como si estuviéramos en Berlín.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 24 de febrero de 2015

sábado, 21 de febrero de 2015

Jugadores de Billar


Vetusta Blues. –
“Jugadores de Billar”
Paradojas de la vida: días antes de la muerte el pasado lunes de José Avello –autor de la imprescindible obra “Jugadores de Billar”- comentaba acerca de esa gran novela sobre Oviedo con Luis Arias Argüelles-Meres, articulista de este diario, EL COMERCIO, a propósito de un exhorto suyo a una gran obra narrativa que explicase los días del gabinismo, arecismo y otros ismos que Asturias padeció con estoica figura en estos últimos años. Le comentaba a Luis cómo mi querido amigo Ignacio del Valle –también colaborador en EL COMERCIO- me había recomendado “Jugadores de Billar”, la gran novela sobre el Oviedo de finales de los 80-principios de los 90, y cómo –después de quince días de espera tras encargarla- me dispuse a devorarla en un par de jornadas. Todo había surgido a raíz de una de esas conversaciones sobre la dificultad de hallar una perspectiva adecuada para escribir sobre algo cercano; sobre cómo cuesta separarse de miserias, de inquinas, de pullitas más o menos claras, para establecer el universo necesario en el que crear una obra de sólidos cimientos.

José Avello consiguió en las más de seiscientas páginas de “Jugadores de Billar” crear un universo propio, verosímil, con una poderosa fuerza narrativa, un extraordinario retrato de personajes con carne y alma –tanto los principales como los secundarios- además de tejer una espléndida historia donde se cruzan multitud de elementos narrativos tratados con gran  destreza: amor y desamor, obsesiones, azares, amistades y traiciones, retratos sociales diversos, acontecimientos sorprendentes o nimios que transforman sus vidas. Una verdadera obra maestra muy útil para manejarse en estos tiempos. El relato del que no se enteraron los que perdieron los trenes de la juventud buscando un amanerado blues de Chicago cuando el sonido de Gijón estallaba en sus propias narices. De los que han tratado desesperadamente de reengancharse cual enteradillos de pose moderna (“modelna”, decían en los tiempos de la movida) y que, tras muchas vueltas e intentos infructuosos (y sucios), acabaron de voceros pagados cual mercenarios en el peor spaghetti-western; ahora que les padecemos señalando todos los defectos que, en realidad, forman parte de su frustado ser; ahora, llega la muerte del gran José Avello, excelso escritor, alejado de toda comidilla, indomable y perspicaz para retratar a esta ciudad repleta de simuladores que dicen estar cuando nunca se les ve el pelo, pero que saben lucir el flequillo para sacar el máximo provecho de la pose y de la hipocresía.
Mucho le debe Oviedo a José Avello y a “Jugadores de Billar”. No, no, absolutamente no, no es una novela que crea un Oviedo literario, más bien al revés. Quizás aquellos que desconocen -o desconocieron- los entresijos de esta ciudad que avanza lenta e incesante, con un runrún casi imperceptible crean que es así. Sólo si una noche -tras el circuito nocturno habitual que denostan los amargados y acomplejados, siempre impotentes y sin satisfacción, esos que quisieron vivir la vida que les mandaron vivir y odian (y envidian) a quienes seguimos nuestro destino sin importarnos normas y modos sociales- uno se detiene en la plaza de la Catedral, observa el cielo, respira profundamente y posee la sensibilidad necesaria para captar el ritmo de la ciudad, podrá absorber la verdadera esencia del Oviedo que José Avello atrapó como nadie en su obra maestra “Jugadores de Billar”. Aprovecho esta plataforma para pedirle a mi querido Luis Martín un merecido homenaje por todo lo alto en el próximo LibrOviedo. Se lo merece y Oviedo ganará con ello, no me cabe la menor duda.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 21 de febrero de 2015

miércoles, 18 de febrero de 2015

José Avello (1943-2015)


martes, 17 de febrero de 2015

Desde el infierno hasta el cielo


Crítica. Música. –“Desde el infierno hasta el cielo”

NEUMAN
Sir Lauren´s, Oviedo.
Sábado 14 de febrero de 2015.

Regresaban Paco Román y los suyos a una ciudad donde siempre han dado lo mejor de sí mismos, cada vez con más público, cada vez más asentados como una de las formaciones con más personalidad en la escena alternativa estatal. En estos tiempos de confusión donde los enteradillos culturetas confunden indie con música blandengue (a esos les daría yo una sesioncilla con Shellac, Wire y P.I.L. de aperitivo para que espabilaran y se dejaran de clichés erróneos), siempre resulta necesaria la presencia de grupos con la personalidad de Neuman. Con flamante nuevo trabajo, pronto –a la segunda canción- despacharon su gran hit “Turn it”, para sumergirse en un concierto pleno de intensidad guitarrera y emocional.


Neuman saben combinar, emulsionar en una atractiva simbiosis, las atmósferas de guitarras emparentadas con los australianos The Church con las melodías que conectan la magia de Teenage Fanclub o The Posies, junto a una perspectiva emocional, absolutamente desnuda, que les dota de un carácter propio. Un emotivo carrusel de altos y bajos, de tormentas sentimentales, de deseos y de frustraciones, de cielos e infiernos, expresado con una profunda sensibilidad, con poco que ver con las cursilerías habituales en otros inflados pedantes. Paco Román consigue, a la segunda, casi pidiendo disculpas, que el público deje de darle a la lengua cuando se pone a pelo con su guitarra acústica a desgranar “If”, la desgarradora canción que da título a su nuevo álbum. Ofrece unas divertidas variaciones, primero en acústico, luego enganchado a lo más eléctrico de sus memorables “Hell” y “Bye fear – Hi love”, en un set pleno de emociones y sentimiento, sin por ello perder guitarrera fuerza eléctrica. Son, sin duda alguna, y, para quien suscribe, junto a Havalina, la propuesta más sólida, completa y personal que hoy podemos disfrutar en el panorama alternativo patrio. Con canciones, con un directo magnífico, con personalidad por encima de modas, etiquetas y demás tonterías efímeras. Con la música y el sentimiento por bandera.

MANOLO D. ABAD
Fotos: M. D. A.
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 17 de febrero de 2015

lunes, 16 de febrero de 2015

Neuman "Oh no"


 I know the feeling is a storylike
You signed into my story line
I know that I love, that I told my Thesis "go"
 I know that I know that I cannot Miss that road
 I know that feeling is all you have
You made again my story line
 I know that I love, that I told my thesis go
 I know that I know that I cannot miss this road

El valor del momento


Crónicas de Vestuario. –“El valor del momento”


Salimos del estadio con una sonrisa en la boca, satisfechos. Ha sido otra tarde de fútbol, de gran fútbol, y tratamos de retener la euforia, por más que los números y los hechos impongan el más rotundo optimismo. Una racha inédita hasta ahora de diez partidos sin perder es sólo uno de los datos para la esperanza. Si miramos a la clasificación final de la temporada anterior, comprobamos que el conjunto azul lleva ya más partidos vencidos a día de hoy que todos los que logró el ascendido Rácing de Santander de Paco Fernández. Sencillamente espectacular.


Pero nos empeñamos, con la razón de quien ha sufrido un ciclo nefasto, en no lanzar las campanas al vuelo. Nos frotamos los ojos y tratamos de disfrutar del momento. La dinámica de la competición -con unas eliminatorias para el ascenso donde todo lo cosechado en la temporada regular será papel mojado- impone la mesura. A ella se sumó desde el minuto uno Sergio Egea, entrenador oviedista, y quizás los logros alcanzados procedan de esa mesura, de ese carácter prudente y humilde.
Centrándonos en el partido, el Valladolid Promesas era una buena piedra de toque para la racha azul. Dirigidos por uno de los mejores entrenadores de la categoría, Rubén de la Barrera, plantearon un encuentro de tú a tú que desmanteló las pretensiones ofensivas de un Real Oviedo que trata de reinventarse en esta segunda vuelta, visto el conocimiento que los equipos poseen de él. Al gol de Linares respondió, casi al instante, Jorge –jugador de gran clase- y los azules se fueron al vestuario dubitativos ante la respuesta morada.


El cuadro ovetense cambió el dibujo táctico en la segunda parte y los hombres respondieron, con protagonismo estelar para Borja Valle, que vuelve a ser ese jugador incisivo y deslumbrante que conocimos en anteriores temporadas, un incansable Héctor Font y un eficaz Jon Erice para dotar del necesario balance defensivo al conjunto. Dos minutos de locura dieron el vuelco con sendos tantos del mencionado Valle y, a partir de ahí, llegó el momento de nadar y guardar la ropa ante unos vallisoletanos que ya no supieron responder. Fue el momento para que apareciese el siempre constante Omgba y volviese a marcar, dando la puntilla a un gran partido frente a un rival con mucho empaque.
El Real Oviedo se aferra a vivir el momento, no queda otra. “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, y a esa frase de Albert Einstein se aferran todos los oviedistas para seguir creyendo que esta vez sí, esta es la temporada en la que el Real Oviedo logrará salir del infierno.


MANOLO D. ABAD
Fotos: J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 16 de febrero de 2015

sábado, 14 de febrero de 2015

De homenajes y pelotas


Vetusta Blues. -
"De homenajes y pelotas"

No vamos a rendirnos nunca, no engañamos al público haciéndole la pelota. Hay que acabar con los pelotas (...)». He de reconocer que estas palabras de Jorge Ilegal en la contraportada de su primer álbum marcaron toda mi adolescencia y que aún resuenan hoy en mi cabeza. Para el quinceañero impresionable pero arrogante que era, leer eso en el recién comprado vinilo de la banda que ya me había marcado con su primer single, fue toda una revelación, algo mucho más fuerte que haber visto ‘Quadrophenia’ o ‘The Great Rock’n’roll swindle’ en el cine de la calle Calvo Sotelo por aquellas mismas fechas. Eso, y aquel «hay que tener personalidad» que don José Ramón nos repitió en octavo de EGB conformaron parte de mi carácter. Turbulento en muchas ocasiones, sí, por supuesto. Demasiadas, quizá.
El recuerdo de aquellos días también es el del fondo del antiguo Tartiere, donde la curva Chiribí patentó aquello de «estás para el homenaje», en referencia a jugadores acabados o al borde de la jubilación que deambularon muchas temporadas vestidos de azul. Expresiones tan crueles como creativas que hoy tanto se echan de menos en las gradas.
Y quién me iba a decir a mí que todo eso iba a revertirse en el siguiente milenio. En el que los pelotas progresarían y se multiplicarían como nunca, a la sombra de la mediocridad, y en el que los homenajes formarían parte de una supuesta afirmación del poder, promovidos por esos mismos pelotas que recogían –con avariciosa mano– las jugosas migajas que les regalaban los propios homenajeados. «El mundo rula y al caer/ se muerde la cola», cantaban Los Enemigos en ‘La cuenta atrás’. El mundo se mueve hacia atrás y cae en los mismos estúpidos errores, sí.
Acabado ‘El Principito’, mi madre tuvo a bien leernos a mi hermana y a mí, de muy pequeñines, al irnos a la cama, los cuentos de Hans Christian Andersen y allí estaba ‘El Traje Nuevo del Emperador’. Un cuento que debería ser de cabecera para todo dirigente que se precie, que quiera mantenerse al margen de muchos de los pelotas que se arremolinan como parásitos a la espera de migajas económicas –a veces, millonadas– y que aplauden, incesantes, al rey desnudo paseándose ante la multitud.

Así asistimos en mi ciudad a la aclamación de un  premio que se otorga a un ovetense cada año. Con la vergüenza de contemplar cómo se malgastan dineros en homenajes baldíos, de ver el regreso de las más repudiables prácticas sociopolíticas a la mayor gloria de la perpetuación de un régimen con más de dos décadas de existencia en la ciudad con mucho que esconder. Al retroceso, en definitiva, de las más vulgares formas de propaganda y ostentación que, un día, un lejano día, allá por los años ochenta, creímos extinguidas de la democracia. Alzo mi copa por… Pues, no, oiga, no tengo ninguna copa que alzar en su autohomenaje.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 14 de febrero de 2015

miércoles, 11 de febrero de 2015

Elegante magia


Crítica. Música. –
“Elegante magia”
RUBIA
Lata de Zinc, Oviedo.
Domingo 8 de febrero de 2015.
Más allá de los convencionalismos y de ciertas imposiciones que tratan de afirmar algunos influyentes medios hay interesante música en el desconcertante panorama estatal. La reflexión viene tras contemplar la estupenda actuación del cuarteto vasco Rubia, encabezado por la encantadora Sara Iñiguez, y ver cómo pueden manejarse en texturas sonoras poco visitadas para marcarse una estupenda actuación lejos de los focos que prefieren dirigirse a otras opciones estilísticas. Porque trabajar en una simbiosis donde se une el soul a la canción pop tallada al modo preciosista de los 60, sin revivalismos ni nostalgias y conseguir un acabado brillante, es algo que consiguen muy pocos.
El animado ambiente de las dominicales sesiones vermut que ha ido logrando la activa gente de la Lata de Zinc era inmejorable y el cuarteto desplegó toda su destreza instrumental hasta conseguir que sonase bien el piso superior del local y que ni siquiera el constante trajín de idas y venidas del muy numeroso público pudiera distraernos de los fundamental: el cuidado repertorio de Rubia, basado en su reciente álbum “Barman” y que debe situarles en ese lugar donde los más avispados encontrarán una sólida propuesta. Deliciosa, diferente y muy entonada.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario"El Comercio" el miércoles 11 de febrero de 2015


domingo, 8 de febrero de 2015

Love and Rockets "My Drug"

">

sábado, 7 de febrero de 2015

Juan Antonio Morcillo (1949-2015)





">

Lizabeth Scott (1922-2015)


La nieve sobre Oviedo

Vetusta Blues. –“La nieve sobre Oviedo”


Tras varios días de temporal, despertó el viernes ovetense con un manto nevado. Las imágenes blancas siempre nos conectan con la infancia, con esa alegría espontánea que, con los años, parece disiparse de nuestras vidas. Quizás también algún político podrá pensar que la nieve va a ejercer de limpiadora  de sus múltiples errores, de los que en las últimas décadas hipotecaron la ciudad. Pero no: el pasado aflora con urgencia de presente ante la inminencia de unas elecciones que siguen poniendo nerviosos a muchos.

Lo que no cambia la nieve es la propaganda. Y esa no deja de machacarnos con pertinaz insistencia. Ante los anuncios de las actuaciones para las próximas fiestas de la ciudad uno no sabe a qué atenerse. Primero, ¿cómo pueden estar contratando conciertos si su mandato termina en mayo, fecha de las elecciones? Segundo, ¿están contratando realmente? Porque, al mismo tiempo que se anunciaba a bombo y platillo la presencia del grupo gallego Los Suaves en septiembre para abrir el período mateíno, nos enterábamos de que la agencia de contratación de los ourensanos desconocía completamente la susodicha presencia de la banda de rock en Oviedo. Tercero, ¿qué se pretende con estos anuncios de conciertos? ¿Acaso propaganda? ¿Quizás que alguien les oriente sobre artistas diferentes? Porque lo que está quedando claro, muy claro, es el nulo conocimiento, el mínimo riesgo y el carísimo coste de los anunciados.

La nieve nos brinda estampas insólitas, por poco habituales y quizás los ovetenses también queramos disfrutar de algo distinto a la machacada relación de nombres que se repiten un año sí y otro también para desesperación de un buen número de habitantes de la ciudad. Si miramos a Gijón, la perspectiva empequeñece aún más la propuesta ovetense: festivales que movilizan a la ciudad como el inquieto Gijón Sound Festival, un nombre inédito de un grande como Lenny Kravitz o el regreso –había actuado en…Oviedo- de un clásico como Elton John. Ya no me quiero ir a Santander ni, mucho menos, a Bilbao, ciudades también con festivales exitosos y actuaciones interesantes alejadas de una rutina de contratación que delata el nulo criterio de quienes pretenden seguir mandando tras las elecciones de mayo.

¿O acaso están esperando para una gran traca de conciertos con motivo de la Ascensión, como ya probara algunas veces su antecesor? Bueno, mejor me callo, no vaya a ser que…

Oviedo no parece tener remedio en lo que a actuaciones de rock se refiere. Mientras veo los copones caer paseando por el centro de la ciudad, no puedo evitar el recuerdo de aquel festival pionero, el Oviedo Múltiple, donde se enterraron muchas ilusiones y a gente muy capaz. El espíritu de Lou Reed me susurra un “Perfect day”, aunque sé que ese, en temas musicales, lo tendré que vivir, otro año más, lejos de mi ciudad.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 7 de febrero de 2015

lunes, 2 de febrero de 2015

Congelados

Crónicas de Vestuario. –

“Congelados”


A lo largo de lo que llevamos de temporada, el Real Oviedo ha ido sobreponiéndose a las dificultades que se le han ido presentando en el camino con bastantes buenos resultados. Ha sabido crear un conjunto sólido en casa, ha mejorado en su balance defensivo, ha corregido dudas, ha superado lesiones y, con todo ello, se ha encaramado en lo más alto de la tabla de clasificación. Pero todo ese camino recorrido, todas esas pruebas superadas, sirven de poco ante las urgencias del día a día. Ahora la tarea es no caer en la relajación. Esa es la nueva prueba, conseguir mantener la tensión.


Bueno, eso y superar las condiciones climatológicas de un invierno de verdad, con frío, lluvia y todo tipo de meteoros adversos. La palabra clave es adaptación. “La inteligencia es la habilidad para adaptarse a nuevas situaciones y para criticar los propios actos”, concluía el psicólogo y pedagogo francés Alfred Binet. Me contaba en cierta ocasión mi amigo Luis Cabo, profesor en la Universidad de Mercyhurst en Erie, Pennsylvania, cómo las llaves de los automóviles poseían un dispositivo especial de calor para poder abrir los vehículos cuando las temperaturas extremas impedían el proceso normal de apertura que todos conocemos. Eso es adaptación. Venía el once de Sergio Egea dispuesto a otra batalla contra el agua y se encontró un terreno de juego aceptable pero un rival en racha, cargado de ánimo y moral –sumó ante los azules su noveno partido consecutivo sin perder- y con la lección del Zamora bien aprendida y dispuesto a ejecutarla. Un trabajo defensivo constante, orden estricto y ritmo lo más cansino posible son algunas de las claves que mejor consiguen anular las virtudes del cuadro ovetense. Añádanle la clase de Peláez en la media punta, la veteranía de unos hombres expertos y la escasa fluidez y profundidad con el balón de los carbayones y el colapso azul en la primera parte queda explicado. Menos mal que el esfuerzo de los leoneses les pasó factura en los últimos minutos del primer acto y Borja Valle pudo equilibrar en el último minuto el tanto que anotara el mencionado futbolista gallego en el veintiuno.


Salió más alegre el Real Oviedo en la reanudación, con más chispa y velocidad, el antídoto ideal para acabar con la “receta Zamora” a la que se acogió el conjunto leonés. Llegaron así algunas ocasiones donde no acompañó la puntería de un Linares que lo busca con la desesperación de ese goleador que parece haber entrado en una mala racha. También probaron Susaeta y Dani Bautista, pero los blancos se aferraban a su experiencia, a las triquiñuelas de veterano (comenzaron todo tipo de caídas fulminantes de jugadores en los últimos minutos), a los modos macarras del curtido José Manuel Pérez y a la ineptitud de Óscar Martínez Santos, el árbitro del encuentro, empeñado en permitir todo tipo de brusquedades sobre Héctor Font.


Al final, con un ojo en el marcador y otro en el campo, siempre queda el sabor de la suma de un nuevo punto ante uno de los rivales más difíciles que han pasado por el Carlos Tartiere. La maratón continúa. La clave está en la concentración y en no aflojar el ritmo. Y en que el invierno y sus condiciones climatológicas adversas den un respiro, claro.


MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico:JOSÉ L:G: FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 2 de febrero de 2015