martes, 28 de abril de 2015

Sabiduría de perro viejo


Crítica. Música. –“Sabiduría de perro viejo”


THE SAINTS + THE DINGBATS
Lata de Zinc, Oviedo.
Domingo 26 de abril de 2015.

Largo es el trayecto que Chris Bailey ha recorrido desde que, a mediados de los 70, se diese a conocer con The Saints. La historia del rock le reserva un lugar de honor, no sólo por ser una de las más destacables bandas de punk-rock gracias a su primer álbum, sino por no haberse quedado ahí y haber explorado un montón de posibilidades estilísticas en un cancionero a revisar al que nunca llegarán guays y demás esclavos de la moda temporal y el postureo. Bailey, con la impronta de los años y de la carretera marcada en su rostro, se presentó en la ciudad dentro de un agotador tour europeo en un formato de trío con él al bajo, más incisivo y perdiendo en muchos de los matices que alumbran muchas de sus grandes composiciones.

Uno se temió lo peor cuando al principio la voz parecía decaer e incluso desafinar y nada parecía en su sitio. Sin embargo, impulsados por un público entusiasmado que casi llenó el recinto ovetense, se fueron creciendo al calor de canciones imprescindibles como el fantástico “Let´s pretend”, un directo y contagioso “Simple love” o esa joya histórica que es “Know your product”, con Bailey tarareando el “pa, pa, pa” que en origen se realizaba con el saxo. Iniciar el bis con la tremenda “Ghost ships” sirvió para que el sabor de boca que dejaron los australianos (aunque Bailey haya nacido en Kenia) fuera estupendo. Una cita con la historia necesaria, esencial, de una formación que muchos deberían descubrir.

Abrieron los locales The Dingbats, cuarteto mixto que mostró buenas maneras, entre el punk-rock oscuro y el rock más ruidoso (versionaron el “100%” de Sonic Youth con gran intensidad). En definitiva, uno de esos conciertos que se perdieron “los de la barba”, los que no se enteran  de la mayoría y luego andan por ahí dando lecciones. Lo mejor de todo es que a quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar de los Saints en la desapacible tarde dominical nos importan poco o nada los caprichosos vaivenes de la casquivana moda y de sus esclavos.


MANOLO D. ABAD
Foto:JOSÉ LUIS GONZÁLEZ YEBRA
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 28 de abril de 2015