sábado, 2 de mayo de 2015

Drones


Vetusta Blues. –“Drones”


Tardaba en llegar la “gran ocurrencia electoral” de la precampaña y hace unos días se hizo realidad. En un proceso pionero (no sé si en Asturias, España, Europa o el mundo), un dron sobrevolará la ciudad de Oviedo para labores de fotografía e información de edificios. Impresionante. Por si alguien lo dudaba, entramos en la más avanzada vanguardia, en un nuevo mundo de tecnología punta y ventajas sin límite. Pero… sí, sí, hay un “pero”, o varios “peros”. El principal “pero” la legislación sobre el uso de estos aparatos, que impide su presencia en zonas urbanas, a la espera de un desarrollo de la ley 18/2014. Según está la norma en la actualidad, “los drones con un peso no superior a 25 kilos, sólo se podrán operar en zonas fuera de aglomeraciones en edificios en ciudades, pueblos o lugares habitados o de reuniones de personas al aire libre en espacio aéreo no controlado, dentro del alcance visual del piloto, a una distancia de éste no mayor de 500 metros y a una altura no mayor sobre el terreno de 120 metros”. No podría, pues, actuar según lo expuesto por el alcalde.

El repertorio de ocurrencias electorales en Oviedo está salpicado con manchas enormes que han pasado a la historia con inversa discreción al ruido que causaron en su día: una playa para la ciudad, un aparcamiento bajo el Campo de San Francisco, unos rascacielos a la entrada de la ciudad por la autopista “y”… Ahora añadimos una nueva, la del dron que tanto va a aportar a la vida de los ciudadanos ovetenses. Curiosamente, los únicos drones que veremos en Oviedo, de momento, serán los componentes del magnífico grupo de rock australiano The Drones que aterrizarán el 14 de junio en la Lata de Zinc en uno de los conciertos más interesantes de la primavera musical ovetense. Ya tuve la oportunidad de disfrutarles en una actuación hace varios años en el Parque del Piles gijonés, hoy ya derruido. Garra y sentimiento.

Con esta colección de ocurrencias y dislates -“proyectos” dirían sus impulsores- a uno le entra la duda de si se consigue rentabilidad política. Tanto empeño en repetir “proyectos” que jamás se cumplirán, extravagancias que pasarán automáticamente al baúl de los recuerdos una vez que se pase por las urnas, va a resultar que sí merece la pena. Si se analiza el resultado final del encuentro, éste da la razón a los inventores del “proyecto”. Otra cosa bien distinta es que eso sea serio y hable de la capacidad de mando y gestión de sus autores. Drones, drones… sí, hagan la rima fácil para esta nueva ocurrencia del loco tiempo preelectoral.


MANOLO D.ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 2 de mayo de 2015