lunes, 17 de agosto de 2015

Azul Hummel


Vinilo Azul. -
Azul Hummel”

En estos tiempos de fútbol moderno, sin fronteras, de multimillonarios dueños, de derechos televisivos caprichosos que nos obligan a pagar una segunda vez más o recluirnos en el bar, de pérdida de ciertos valores propios de tiempos en blanco y negro, la polémica sobre la camiseta diseñada por la marca danesa Hummel para la temporada del regreso al fútbol profesional del Real Oviedo constituye uno de esos episodios insólitos que nos devuelven al césped, al azar de una pelota manejada por dos contendientes de once y a la locura maravillosa de una afición como la azul.

Poco imaginaba el presidente en España de la marca danesa, José García, cuando anunciaba a principios del verano que el equipo ovetense contaría con un diseño exclusivo, que todo se le volvería en contra hasta el punto de tener que transformarlo. En este mundo globalizado, ya no cuela la estandarización y eso es lo que pretendió Hummel con la camiseta oviedista. Variarían los colores, pero no se distinguiría de las de otros equipos como el Cádiz, el Valladolid o el Tenerife y, muy pronto, las redes sociales echaron humo ante el dislate. Daba la impresión que los máximos mandatarios de la firma danesa no habían terminado de comprender que la singularidad del equipo azul exigía ese mismo trato en su camiseta, algo que Joma -la marca española de ropa del Real Oviedo en la temporada anterior- sí había comprendido, hasta el punto de marcarse un hermoso diseño para la tercera equipación con un homenaje al Real Stadium Ovetense y Real Club Deportivo Oviedo, origen del club actual.

Hummel puso toda su maquinaria de intendencia en justificar el dislate, en tratar de arreglarlo y callar a los aficionados. Que si diseños personalizados desde un corte, que si la personalización era del color pantone, que si había ocho piezas en la manga y en la zona del cuello, que si la realización de todo eso llevaba una gran dificultad, que si un holograma... que si pamplinas, pamplinas y más pamplinas. Justificaciones de mal jugador.

Quizás desconocían los responsables de la firma danesa lo que representa ponerse una determinada camiseta. Quizás en este mundo globalizado pueda parecer una estupidez el lucir unos determinados colores o el llevar un tipo u otro de camiseta. Se equivocan. Cuando uno ve a alguien con la camiseta azul oscura de Kelme, rememora días de gloria a principios de los 90 en Primera División, o las diversas de Joluvi, como esa equipación verdiblanca como las de Celtic de Glasgow y Sporting de Lisboa, que hacen florecer tantos buenos recuerdos. De modo que, Sr. García, se equivocaban al creer que el Real Oviedo y su afición son un equipo cualquiera al que entregar una camiseta estandarizada. Y bastante fea, por cierto. Esas horripilantes bandas en hombros y cintura. Lo del cinturón, desde luego, es una de las piezas, adornos o como quieran llamarlo más espantoso que uno ha tenido la oportunidad de ver plasmado en una camiseta.

De los colores de la segunda y tercera camiseta, mejor no hablar. Mantienen el espeluznante diseño y añaden amarillo y rosa al universo de equipaciones azul. Ese mortecino amarillo quizás encuentre compradores en algún coleccionista que desee tener una rareza en plan película de terror con la que amenizar a sus amistades. En cuanto al rosa, supongo que el Inspector Clouseau tendría algo que decir más que yo, que aún me estoy preguntando quien habrá sido el lumbreras que ha elegido semejante color y por qué.

Finalmente, los responsables de Hummel decidieron cambiar el diseño de la camiseta titular del equipo azul, otorgarle categoría a su afición y, más que probablemente, incrementar las ventas. La fidelidad tiene, a veces, el precio de considerarla un gran valor en estos tiempos descreídos y globalizados.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento dominical "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 16 de agosto de 2015