miércoles, 30 de diciembre de 2015

En manos del caos


Vetusta Blues. -

En manos del caos”

Seis meses han transcurrido desde la histórica derrota de un régimen que se perpetuó en la ciudad durante veinticuatro años a sus anchas gracias a un histórico acuerdo entre tres partidos. Seis meses en los que no se ha instaurado el caos, como bien quisieron pretender los destronados, los destripadores del, como ellos lo denominan, el “destripartito”. Seis meses en los que muchos ovetenses han descubierto una parte de lo que se escondía tras un muro impenetrable de intereses creados en una tela de araña tejida a lo largo de casi cinco lustros. Algunos de los que permanecían callados -quien sabe si por miedo o por otras inconfesables razones- comenzaron a protestar, a descubrir unos problemas hasta entonces inexistentes (más bien ocultos bajo una densa cortina), a encontrar que su ciudad no era ese paraíso que nos vendían, fritos sus habitantes a impuestos, sometidos a grupúsculos alrededor del régimen que se dedicaban a esquilmar recursos y bienes en su propio interés.
Pues bien, la ciudad de Oviedo ha seguido caminando. No vemos caos por las calles. Los edificios no se caen. El mal no se apoderado de nuestros habitantes ni existe la novela de terror que trataron da inculcar a mucha gente. Los retos, eso sí, permanecen ahí. Son muchos, fundamentalmente en materia urbanística, donde urge un plan que transforme la ciudad aprovechando los espacios que han quedado libres a disposición del municipio. O que aún no lo han hecho y deberían ser convertidos pronto en objetivo de cambios. El antiguo hospital, la fábrica de gas, la antigua fábrica de armas... La plaza de toros, ese ansiado recinto para conciertos, ¡ay! Entretanto, han sido meses de conversión y de freno a unas privatizaciones que ahogaban a impuestos a la población y que revertían en unos intereses que ahora parecen comenzar a destaparse. Mucho es lo que se esconde bajo la alfombra y ya hemos asistido a algunos acontecimientos que avergüenzan a la ciudadanía. La impunidad parece haberse terminado. O si no ha sido así, al menos se ha visto frenada.
El balance, pues, de un tripartito bombardeado por muchos de quienes perdieron sus regalías sin descanso es el de toda la tarea que aún queda pendiente. También resulta necesario que se eliminen algunos compañeros de viaje que hicieron fortuna en el anterior régimen, si no en todos sus años si en una buena parte, algo que le ocurre al concejal de cultura Roberto Sánchez Ramos, muy unido a un viejo colaborador de Gabino de Lorenzo en la SOF que aún resiste, manteniendo la conexión bilbaína y olvidándose del buen hacer de la mayoría de los promotores de conciertos asturianos. Son pequeños flecos que, de no resolverse, pueden suponer un lastre para que el cambio que los ciudadanos ovetenses pidieron en las urnas en el pasado mes de junio, se haga realidad. Sin cargas, sin algunos “usos” y abusos que, esperemos, queden definitivamente desterrados en estos próximos tres años y medio en Oviedo.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 30 de diciembre de 2015