domingo, 18 de septiembre de 2016

San Pateo. Día 2: Dormidos



San Pateo. -
Dormidos”

Disfrutar de un almuerzo espectacular y de una goleada -¡toma jorobu!- de “mi” Atleti fueron el aperitivo de una jornada que prometía ser gloriosa. Pongan de banda sonora a mi adorado Iggy Pop y su imprescindible “Tonight” y láncense a la noche con fuerza. Me pongo una de las dos camisetas que le compré al grandioso Cabrero y me dirijo al supermercado para comprar unos mejillones con los que acompañar el arroz que voy a cocinar para que mi querido amigo Lauren García. Yo hubiera preferido pulpo, pero él, bien puteado con cada gol del Aleti a su Sporting por mí, vía whatsapp, ha escogido. Al final, ni uno ni otro: pillo unos hermosos champiñones para chuparse los dedos, que se decía.

No sé si fue el entusiasmo de la adquisición, o los cinco goles o qué, pero me quedo completamente dormido al llegar a casa. Despertarse en un lugar desconocido, ver una hora en el reloj sin saber con qué se corresponde, creo que es una de las mejores sensaciones que se pueden tener en esta vida. “Diez y media”. ¡Santiago Auserón ya debe haber tocado en la Catedral! Querido Lauren, ni concierto ni cena. Lauren García es uno de los más grandes poetas de Asturias, al menos para mí, y está en mi trilogía de grandes de Asturias junto a Pelayo Fueyo y David González. Cocino igual el arroz mientras suenan en mi equipo Echo & The Bunnymen y Black Swan Lane. Me sale espectacular, riquísimo. Llamo a Lauren. Aún hay tiempo para ver a Tito y Tarántula, a quienes ya disfruté hace varios años en la gijonesa sala Acapulco en una de esas magníficas noches de conciertos servidas por el Festival de Cine de Gijón a iniciativa del gran y querido José Luis Cienfuegos.

Bueno, ya estamos en la plaza, aunque debo marcarme un flashback. Ayer estuve en Feijoo en el Concurso de Rock (¿Por qué no lo había este sábado? Esas cosas que me resultan increíbles) para ver a Mota Blues de grupo invitado. Enseguida ví a Irene Riesgo, la viuda de nuestro llorado Alejandro Blanco “Espina”. Hablamos y su entereza me reconforta y me fortalece. Nadie del consistorio se ha puesto en contacto con ella o con la familia para algo relacionado con el concurso que, gracias a mi iniciativa, lleva su nombre. Mi ciudad sigue sin tener remedio, no me cabe la menor duda. Encuentros con buenos amigos, de los de verdad, como Rafa Caballero y Emilio Fidalgo, y una speech de Rubén Mol bastante patética sobre nuestro querido Jandro. El exbatería de Malas Compañías, The Amateurs o Ilegales se marca un solo infumable que me aleja de la zona...

Volvamos a la Catedral... O no. Las guitarras de los norteamericanos le chirrían a Lauren, que tiene una visión de la movida un tanto distorsionada. Quizás debería contemplar el extraordinario documental de Beatriz Alonso Aranzábal que se proyectó en la plaza del Paraguas, cortesía de las segundas jornadas de cine en la calle que montaron los de la asociación Oviedo Redondo. Mi querido amigo Lauren es de los que creen que Joaquín Sabina o Pedro Almodóvar eran el epicentro de la movida. Y no, querido mío, no. Claro que hay quienes tratan de justificar lo injustificable en el lamentable homenaje a Tino Casal que viviremos en las próximas jornadas. ¿Loquillo con el genio de Tudela Veguín? ¡Venga ya!

Me comporto y, a pesar de la insistencia de Lauren y el grandioso Chendo, me recojo pronto. Al llegar a casa pongo la música de la programación de RPA para las noches del sábado-domingo y vuelvo a pensar en Ella. Hay que pasar página, aunque cueste, aunque me cueste horrores y centrarse en otra sonrisa, en otra mujer, alguien que me deslumbre con una sonrisa, con unos ojos, y me haga sentir en un pequeño oasis con el que olvidar todo este dolor en mi corazón. Veo que me he puesto un poco íntimo. Discúlpenme, mañana volveremos con algo más de caña, que es lo que más es gusta a ustedes, querido público. ¿O no? Malotes, no disimulen que llevo el control de las visitas....
MANOLO D. ABAD

La música hoy la ponen Soleá Morente y los Evangelistas. A la pobre Soleá me la están llevando a otros terrenos, cuando aquí brilla con toda su luz en manos de unos jefazos como mi querido amigo Antonio Arias (Lagartija Nick) y Los Planetas.

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