lunes, 13 de febrero de 2017

Lecciones

 

Vinilo Azul. -

Lecciones”


Hace unas fechas se moría Paloma Chamorro y me paré a pensar en las huellas que pudo haber dejado en Oviedo o en Asturias. De ella, en persona, no recordé ninguna. Sin embargo, al hablar con muchas amistades que habían contemplado muchos de los programas de “La Edad de Oro” me di cuenta que sus rastros estaban ahí, en tanta gente a la que le había cambiado la vida a partir de una visión musical que escapaba de los límites raquíticos impuestos en la época. Quienes decidieron coger un instrumento y tocar en un grupo a imagen y semejanza de aquellos que aparecían en esa emisión nocturna, los que escogimos escribir y ampliar nuestros horizontes musicales y convertirlos en uno de nuestros principales ejes vitales. Fuimos tocados por su presencia, por aquellos conciertos, por aquella libertad, por aquella vida donde la cultura ocupaba un lugar esencial. ¡Qué mejores huellas que esas!

En esos años de “La Edad de Oro”, en la primavera de 1983 contaba con una sala de conciertos como Vértigo (hoy denominada Estilo, como muestra innegable de que los tiempos han cambiado a peor) y un programa nocturno en Radio Asturias titulado “El expreso de medianoche”, que conducía Enrique Bueres. En Radio Asturias, en sus programas musicales especiales de 21 a 22 horas, también -entre otros- tuvo su programa el gran Rico Roces. La emisión se llamaba “Reacción psicótica” y Rico nos acogió a mediados de los 80 con un enorme cariño y una gran generosidad: él, profesor de inglés, tenía acceso a muchos más discos que mi hermana y yo, estaba muy al día y nos grabó cantidades de cintas de grupos que luego serían grandes años después como Pixies, Screaming Trees o Nirvana. Tuvimos suerte, sí. En una de esas emisiones también conocimos a una parejina de Luanco, Nacho Álvarez y la llorada Carmen, que luego protagonizarían grandes episodios musicales y hosteleros en Gijón. Coincidíamos en conciertos e intercambiábamos -discos o informaciones- que eran una forma de fomentar nuestra amistad.

Al amparo de la alcaldía de Antonio Masip comenzó a haber una apertura que se mostró en la creación de un pequeño estudio de grabación en los bajos del viejo (y añorado) estadio Carlos Tartiere. Aquel pequeño cuatro pistas vio como se grababan maquetas de muchísimos grupos que marcarían parte de la historia del rock asturiano de los 80, entre ellos La Tortuga de Sheffield, del que formé parte. También se trajeron conciertos a la Casa de la Juventud del Campo de los Patos, allí recuerdo haber visto a Sangrientos o a Esquil y Los Mures, entre otros muchos, en esa segunda mitad de los 80. Sin embargo, lo que a muchos les sorprenderá hoy, es que hubo un par de audiciones especiales donde dos grandes nombres de la movida acudieron para mostrarnos sus gustos musicales y quiénes les habían influido. Fueron Loquillo y Poch. No eran tiempos ni de sesiones de pinchadiscos ni de conferencias o clases magistrales. Eran dos jóvenes que, con sus discos, sus vídeos y sus comentarios consiguieron convencer a algunos ovetenses de que algo estaba sucediendo en la música en España. Loquillo recordando grandes nombres de rockers, pero también las influencias que habían tenido sobre los Clash (ese evidente “Brand New Cadillac”). Poch mencionando a Ian Dury & The Blockheads, que, años después, actuarían en La Real. Me había olvidado de esta presencia de Poch y me da rabia no habérsela podido comentar a Carlos Rego para el espléndido libro que publicó hace algunos meses sobre Derribos Arias.

Los tiempos cambian y la música no significa mucho para las nuevas generaciones, más pendientes de señalarse por sus móviles, su ropa o sus peinados. Los tiempos cambian pero, quienes en algún momento influyeron decisivamente en nuestras vidas no desaparecen, sólo se van con nosotros. La estela de Paloma Chamorro permanece en muchos chicos de provincias que encontraron su camino gracias a “La Edad de Oro” y toda la música que tomó forma ante sus ojos en aquellas veladas inolvidables.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 12 de febrero de 2017.