martes, 21 de febrero de 2017

Tejido de alta densidad





Crítica. Música. -
Tejido de alta densidad”

HAVALINA
La Salvaje, Oviedo.
Viernes 17 de febrero de 2017.

Un año y unos pocos días después de haber cerrado su anterior gira en la ciudad con un apoteósico concierto, regresaban los madrileños Havalina a un lugar muy grato a ellos como la sala ovetense La Salvaje para, en esta ocasión, abrir el nuevo tour a propósito de su nuevo álbum “Muerdesombra”. Un trabajo más introspectivo y denso, con trenzados atmosféricos brillantes y un cancionero a la altura de ese prestigio que Havalina van labrándose con seriedad, sin alharacas. Con trabajo a contracorriente, sólo siguiendo su propia línea y consolidándose como una de las más personales propuestas de la escena alternativa española.



Expectación desbordada que se manifestó en un lleno total en la sala con todo el papel vendido desde unos días antes. El recuerdo de su anterior visita estaba muy presente cuando arrancaron el set con tres de las piezas más impactantes de su último trabajo: “Abismoide”, “Más velocidad” y “Órbitas”. Un molesto zumbido, consecuencia de una saturación en los graves, desajustó el sonido, anegando el torrente guitarrero y ensombrenciendo ese tramo inicial. Volvería en algún que otro instante, aunque cuando sonaron las tres siguientes -”Punto de reconciliación”, “Objetos personales” y “Un reloj de pulsera con la esfera rota”- el concierto comenzó a levantar. El balance guitarrero se equilibró a las pretensiones de ese extraordinario guitarrista que es Cabezalí y a la fuerza de una base rocosa y bien cimentada, a la que se añadieron algunos teclados tocados tanto por el propio Cabezalí como por Jaime Olmedo. 



El concierto volvió a crecer tras sonar “Alta tormenta” y retomar el grupo la siempre grata “Norte”, punto de inflexión para un último tramo que alcanzó cotas de la deseada intensidad a la que se añadió la potencia que posee un tema como “Viaje al sur” con el que concluyeron. Para el bis reservaron la esencia más atmosférica y ensimismada y combinarla junto a sus modos más contundentes. Aún así, destacó la espléndida “Trópico fantasma”, otra de esos monumentales edificios de guitarras donde el clima va creciendo hasta envolver los sentidos a voluntad.



Sin llegar a las cimas de su anterior visita -quizás esa sea la diferencia entre abrir o cerrar gira- Havalina mostraron a las claras que son uno de los nombres más destacables y con mayor personalidad del batiburrillo alternativo donde siguen predominando, por desgracia, los productos de temporada y se echan en falta formaciones consistentes, con personalidad y serias, de largo recorrido, como, sin ninguna duda, son Havalina.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: M.D.A.