sábado, 16 de septiembre de 2017

San Pateo (Año 2). Día 2. "El mogollón"


San Pateo (Año 2). -
Día 2. "El mogollón"

Sí, queridos, llega el finde y comienzan los mogollones. Enredados en una marea -que no mareona- de gente que se desplaza sin rumbo fijo de un lado a otro, como una nueva especie de zombis, los "zombis festivos", no confundir con los "zombis festivaleros" que te sueles encontrar a altas horas de la noche en todos los eventos festivaleros -valga la repugnancia, digo, redundancia- de la piel de toro en verano. Tras vadear semejante marea -repito, no mareona, ¡home, va!- alcanza uno las inmediaciones de la plaza del Ayuntamiento para tratar de oir algo del pregón de Sid Lowe, ese periodista británico con sangre azul (del Real Oviedo, no de la nobleza, mira que tengo que andar explicando hoy más de la cuenta) que apoyó al equipo en circunstancias difíciles. Es como si se cerrara un círculo: volver a jugar contra el eterno rival y ahora este pregón. Debería ser el momento de que la reconstrucción fuera total en el conjunto representativo de nuestra ciudad. Eso y el ascenso, claro está.
Me interno en el supermercado a la busca de viandas para la noche. Desde que estuve este junio en Pamplona, en casa de mis queridos amigos Rodrigo Miguélez y Mery Cachán, le he cogido gustillo al vino rosado navarro -algunos de allí dicen "clarete", a mí me gusta más lo de "rosado"- así que también me proveo de unas botellas. Mientras cargo la compra, ahí está la señora con su acordeón, en unos programas de mano, desafiante. La verdad es que, según cómo la mires, puede llegar a inspirarte miedín. No es que sea "El exorcista" de William Friedkin pero, si te pilla con la guardia baja... ¡uuuuuh!

Los espárragos trigueros en la sartén, la música de Hugo Race, cortar el pulpo, un sorbo de vino y en la tele Serbia ganando a Rusia. Uno de esos momentos de felicidad que no suelen aparecer en los anuncios de perfume. Fuera, al abrir las dos enormes claraboyas del alón de mi casa, ya se percibe el bullicio. Sin agobiar, pero ahí está, como ese extraño sonido de las grandes ciudades.

Me dejo de poéticas y esas cosas, que el otro día leí por ahí a alguien que dijo en su perfil, sin cortarse un pelo, que "había escrito literatura". ¡Madre santísima! No, no, no, me niego a llegar a tal nivel de vanidad y autocomplacencia. ¡Líbranos, señor, de la pedantería y lo cursi! Hala, que ya estamos en el Gong, así que ni cursilerías, ni autocomplacencias, ni pollas en vinagre. Disculpen mi mal hablar, pero es que uno se topa a veces con unos especímenes que pa qué. Tocan MyVestal, una de esas perlas de la música asturiana, fuera de toda etiqueta, singular, personal. Por un momento rememoro dúos electrónicos, evocando una actuación brutal de Suicide en el F.I.B., con un Alan Vega sencillamente magistral. Probablemente ya no era aquella bestia que me contaron los franceses Dum Dum Boys en su furgo en un amanecer en el Serie B de Pradejón junto al llorado Josetxo Anitúa (Cancer Moon). Claro que D.A.F. -a quienes nunca vi en vivo- me dieron muchas noches de gloria con su música y aquel tremebundo "Der Mussolini". Huuum... Empiezan el concierto tras algún pequeño problemilla para el que Marcos Pérez ha requerido la ayuda de Juan Martínez, quien me había estado contando sus planes de sacar un próximo EP con Los Ruidos. Esperemos que no tarde veinte años como entre su primer álbum y el segundo. La sala tiene un ambiente fenomenal, se nota la mano de Sergio González en conseguirlo. Luego, cuando la actuación finalizó, me cuenta las magníficas noches de flamenco hasta las mil cada miércoles. Arrancan algo fríos pero pronto Eva va entrando como pocos frontmans (frontwoman en este caso) son capaces de conseguir. Curioso: con mucha menos gente en su concierto de junio en La Salvaje, ella se mostró mucho más ardiente, ayer matizó mucho más todo, voz, movimientos, pero no la vimos desgarrarse por los suelos como en alguna otra memorable ocasión. Personales al máximo, MyVestal ofrecen una electrónica oscura y personal, muy sugerente. Única. Me dedican -¡gracias!- el estupendo "Raptors" y cierran un magnífico concierto. ¿A quién cojones le importa lo que pasa en la plaza de la Catedral? Pues, eso, que hoy toca repetir con Fly Mosquito -que presentan nuevo disco- y U.H.P., aunque también buscaré un huequín para ir a la plaza del Paraguas a ver a los esenciales Losone. Suerte que les vi hace unas fechas en La Salvaje presentando su segundo álbum... Acabo en el Bar Feijoo, ese reducto de bar con Manolo, personaje nocturno esencial en el Concurso de Rock de Oviedo y Javier Mateo, que ameniza las noches del concurso con su estupenda selección musical. Con decirles que a mí me descubrió a los War On Drugs...

MANOLO D. ABAD

Bueno, pues ya que les hablé de D.A.F. , vamos con ellos. ¡Tremebuuuundos!

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